Desde las dramáticas (o absurdas) profundidades de los 2000s, tenemos a varias figuras prominentes, entre ellas la figura bastante prescindible de Ariel Pink: un joven que quiere ser un rock star pero no aguanta tocar en un escenario con más de cien personas viéndolo. Hasta hace algunos años, su objetivo como artista era el de hacer música horrible. Sin embargo, detrás de la baja fidelidad y las guitarras mal afinadas, se escuchaba la verdadera extrañeza de Ariel Pink. Podría pensarse, al escuchar sus discos pasados como Worn Copy (¡muy adecuado el nombre!) o The Doldrums (disco en el cual Pink hizo todas las percusiones con su boca), que estamos escuchando un cassette de algún fracasado en los ochenta que jamás pudo lograr el gran salto al sello discográfico por su falta de habilidad. Ariel Pink es un masoquista de los buenos: regocijándose en su incompetencia musical y burlándose constantemente de su propia humillación. En el 2012, lo bello es aburrido, preferimos lo aborrecible. Diciéndolo con otras palabras, y tal vez algún fundamentalista al que tengo toda la intención de ofender me apedree por decir esto, si hoy en día surgiera un nuevo Pink Floyd, nadie lo escucharía y todos preferiríamos la ineptitud de Ariel Pink.
En fin, en el 2012, Ariel Pink hace música más digerible, más 'pop' y menos lo-fi, más fresa, por decirlo en términos universalmente chilangos. Este año, sacó el disco Mature Themes en la disquera (¡sí, sorprendentemente se unió a una disquera!) 4AD. No voy a dedicarme a hacer una reseña de todo el disco, prefiero más bien enfocarme en una canción que me llevará al punto principal de esta entrada. Se trata del primer sencillo del disco, Baby. Originalmente, esta canción fue escrita en 1979 por estos dos. Con letras tan comprensibles sobre agarrarse de las manos y 'hacer el amor' bajo las estrellas, Baby se vuelve, 33 años después, una nueva propuesta bajo la ronca voz de Ariel Pink, haciendo que pase la prueba del tiempo y se vuelva, digámoslo así, atemporal. Es un sencillo homenaje a la canción en el que resalta una característica muy esencial de la actualidad: la inclinación por decir algo aunque ya se haya dicho antes y muchísimas personas lo hayan escuchado; la diversidad de significados a través del tiempo. Lo que en 1979 pudo no significar nada, en el 2012 se vuelve una joya. Ariel Pink recicló un sentimiento y lo canta con tanta emoción que parece que él escribió la canción, volviéndola así el punto cúspide de Mature Themes.
(perdonen la horrible versión, pero es el único registro de esta canción en YouTube.)
Podríamos decir que aquel título del disco de Ariel Pink (Worn Copy) es la síntesis de esta nueva tendencia que parece estar sometiendo a la música: la del reciclaje, la de las copias gastadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario